viernes, 4 de noviembre de 2011

10 formas de ver a Gilda

Como sabéis tengo una gata de casi dos años que se llama Gilda. Nunca pensé tener una gata, conocía la relación con un perro pues tuve a Obelix que vivió conmigo quince años, pero después de alguno tiempo sin convivir con animales decidí adoptar a esa pequeña gatita nacida en Tarifa y de allí la traje.

Desde luego es sorprendente. Ágil como buen felino, obsevadora y curiosa, independiente y algo arisca, pero me encanta que esté presente en mi vida. Me gusta mirarla, buscarla cuando se esconde y aunque no le entusiasma achucharla de vez en cuando.

Hoy he decidido presentárosla y se me ha ocurrido hacer este montaje de diapositivas, espero que os guste.



10 formas de ver a Gilda - diapositivas




















jueves, 3 de noviembre de 2011

Anagrama con nombre y apellidos

Ante todo decir que me ha costado muchísimo hacer este juego de letras. De ahí tanta inventiva para que aparezca algún nombre medio creíble, otros no lo son, aún así me he divertido y me he vuelto un poco loca.


América Medes Prescemes

Merecida Pescares Semem

Demesia Cresmes Campere

Reme Camperas Semesdice

Perica Masmede Escremes

sábado, 15 de octubre de 2011

Destrozando poemas



Vosotras, las familiares ( Antonio Machado )
molestas y pegajosas
vosotras, moscas vulgares
perturbáis siestas ociosas.


Para mi corazón basta tu pecho ( Pablo Neruda )
aunque como a veces se enreda en tanto pelo
Desde mi boca llegará hasta el cielo
un grito de ¡depílate un poco el vello!.


miércoles, 12 de octubre de 2011

Hace mucho tiempo

Hace mucho tiempo que tenía parado este blog al que tengo especial cariño, pues con él y con la ayuda de mis compañeras con las que comencé esta aventura he ido expresando mis deseos, anhelos, me he deshinibido a la hora de escribir, sin temor a ser juzgada por mis palabras, por mis miedos, por mi forma de contaros lo que necesito transmitir.

Por eso hoy necesitaba continuar con esta pequeña confesión o necesidad y dar las gracias a mis amigas blogeras y decirles que me apetece que continuemos con esta relación que comenzó como un aprendizaje, como un curso y que ha creado unos lazos fuertes y duraderos que estoy convencida que seguirá creciendo. Gracias amigas.

sábado, 30 de abril de 2011

Katherine Hepburn

No era como las mujercitas de su época. Tenía gran cultura, una educación liberal y enormes sueños de juventud. Estudió arte dramático en el Bryn Mawr College, donde conoció algunas historias de Filadelfia, pues ahí estaba este exclusivo centro.



Por su temperamento y decisión, parecía tener sangre gitana. Se convirtió en una de esas damas de teatro que llenan las tablas, pero además haciendo un doble sacrificio, se transformó en una gran actriz de cine, trabajando con estupendos actores y directores.



No se puede decir de ella que viviera sin amor, pues tuvo intensos romances; aunque el hombre de su vida fue el actor Spencer Tracy, con el que compartió títulos tan conocidos como "El estado de la Unión" o " La costilla de Adán". A lo largo de su longeva vida ganó 4 Oscar e infinidad de premios y nominaciones.



En 1994, ya octogenaria se retiró a su casa de campo. Me la imagino elegante y bella, aunque enferma, disfrutando en el estanque dorado. En junio de 2003, de repente, el último verano de su vida, murió una de las más grandes y personales actrices.



Si alguien me hubiese dicho un día adivina quién viene esta noche, sin duda me gustaría que Ella hubiera sido esa invitada.




De ella dijo Frank Capra " hay mujeres y además está Kate. Hay actrices y además está Hepburn".

domingo, 24 de abril de 2011

La estación

No había nada que hacer; la única cosa era resignarse a pasar la noche en la sala de espera de la estación...Estación de un pequeño pueblo andaluz, donde sólo para un tren cada no se cuanto. Pues ese es el que yo esperaba y ni siquiera iba a llegar, ¡ la huelga !. Bueno todo sea por solidaridad. No quiero cabrearme, pero es que ese concierto al que me dirijia, era único. Absorta como estaba en estos pensamientos, algo llamó mi atención. Era una voz conocida, voz nerviosa, precipitada.

No me lo puedo creer es Paula. Ella agitada como iba ni me vio. Se quejaba a un móvil, claro que no era al móvil, sino a quien estaba al otro lado del auricular.

- Te lo dije, te lo dije, a quien se le ocurre aquí en medio de la nada, ¡ coje ese tren, coje ese tren !.

Y siguió y siguió vociferando. Cuando por fin colgó o le colgaron, me acerqué a ella y de la misma euforia se le saltaron las lágrimas, cosa no extraña en Paula. Nos contamos cómo habíamos llegado hasta allí y por fin pudimos relajarnos. ¡Bueno una más que otra !.

Decidimos reírnos de la situación e ir al bar que aún estaba abierto. Ella se envalentonó y pidió un tinto con casera, yo me bebí tres cervezas. Creo que fueron unas siete horas de espera y entre risas, porque es fácil reírse con mi amiga, unas veinte llamadas a sus niños, a su amado.

A pesar de todo fue una experiencia muy divertida, creo que ella lo recordará igual que yo, y de lo que estoy segura es de que no habría cambiado nada de aquellas siete horas que pasamos juntas.

domingo, 10 de abril de 2011

La carta


Mary, Mary!
-Sí, Jean.

-Ha llegado una carta para . Supongo que es la que estabas esperando.

Por fin, dije para mis adentros. Bajé, le dí las gracias a Jean y me precipité hacia mi casa.

Dos años hacia que la esperaba, pero si algo me quedaba era paciencia. Me costaba abrirla, ¡después de tanto tiempo !. Con meticulosidad cogí el abrecartas y encontré el papel ansiado. Cómo no, una hoja nada cuidada, malolienta, pero eso sí, escrita como él sabía que debía hacerlo. No se había olvidado de mí. Pasé mis dedos sobre el papel una y otra vez. Leí su contenido y según tocaba con mis yemas el texto todo volvía a mi memoria. Su cara satisfecha ante el dolor ajeno, su olor a puro, sus deseos de violar la candidez, la esperanza. Su regocijo ante el terror de personas desvalidas. Pero a mí ya no me quedaba ni siquiera miedo.

Hacía tiempo que había llegado a París buscando, a ese hombre, a ese despiadado torturador para poder curar mis horrores. Mi historia llegaba a su fin. Pero mientras, me relamía las heridas, no las físicas que eran evidentes y provocadas por su inagotable maldad, sino las del alma, aunque ya no creía tenerla.

Puse un mensaje en Le Monde, que repetiría los 14 de cada mes durante estos últimos años, mensaje que sólo él podría entender si es que lo leía. Y tardó en contestar. Pero lo conocía y sabía que su arrogancia y su estar por encima del bien y del mal le harían responder. Y aquí estaba su carta. Lo citaba siempre en el mismo velador en le Voie George Pompidou cerca del Sena, un lugar concurrido. Sabía que me habría estado observando hasta dar el paso y hasta a eso, a sentirme espiada por él, me hacía crecer. No lo veía, pero intuía su olor. Y por fin este 15 de diciembre me retaba a encontrarnos.

El día era desapacible, sentada bajo los toldos del café junto a una de esas estufas de exterior, lo oí llegar.

-Pensé que estarías muerta. Resonó una voz dura y heladora.

Por un momento un frío indescriptible me recorrió el cuerpo entero, ¡ hacia tanto que no tenía esa sensación de terror!.

Rápidamente me sobrepuse, no podía tenerme de nuevo a su merced.

- ¿ Qué hay Her coronel ?

-Veo que vienes acompañada de un perro, ¿quién es, tu guardaespaldas tal vez ?

No contesté. Eso le hizo irritar, siempre había que contestarle. Pero ya no estaba bajo su imperio de terror. Noté como se alteraba, incluso sentí que quería hacerme daño... pero había gente alrededor. Se frenó y entró en materia.

- Y esos documentos que dices tener y que podrían desvelar mi verdadera identidad.

Tras una pausa ensayada le dije que ahora era yo la que tenía el poder, que debía esperar. Lo notaba furioso.

- Demos un paseo y todo concluirá, le dije.

Con Bruno, mi perro fiel y amigo, me levanté y me siguió. Cerca, muy cerca del Sena fuimos caminando. Llegamos a un lugar intransitado que conocía bien y allí sin mediar palabra me avalancé sobre él. Caímos al río, la corriente era fuerte. Sacando fuerzas, lo hundí bajo el agua. Nos hundimos los dos. Sentí cómo iba faltándole el aire y aunque intentaba zafarse de mí, yo me había preparado para aquel momento. Demasiados días acrecentando mi odio hacia aquel hombre que me había quitado todo excepto mis deseos de venganza.

Lo hundí y se ahogó, me dejaba morir cuando noté a Bruno sacándome del agua con la ayuda de gente que pasaba por allí. En la semiinconsciencia en que me hallaba oí:

-Han caído al agua, el hombre ha muerto, pero parece que la mujer vive. Sacadla, cuidado es ciega y no puede aferrarse a nada.

Desde lo más profundo de mí, la vida volvía a mi cuerpo. Me abracé a mi perro y después de tantos años me sentí liberada.

Pocos días después en Le Monde publicaban la noticia que Jean me leía con complicidad.

" En un trágico accidente muere un hombre en el Sena. Aparecen en la ribera unos documentos que lo identifican como un antiguo coronel alemán de la SS ".

A partir de ese momento Jean, Bruno y yo emprendimos una vida esperanzadora.

sábado, 2 de abril de 2011

La primavera

Me he despertado esta mañana y te he sentido llegar, tu luz ha acariciado mis canos cabellos. De repente me he estremecido al notar esa mezcla de aromas en mi jardín; rosas, lilas, jazmín. Todos mis sentidos rejuvenecidos y a flor de piel. A través de mi ventana esa brisa tuya suave, me ha contado que estamos en abril y he rememorado otros tantos abriles. Recuerdo cuando correteaba por los prados del pueblo en esta época. Cómo me gustaba ver las cigüeñas anidando en el viejo campanario y cómo me alborozaba el trinar de los jilgueros.
Esos primeros días en los que bajábamos al río y después del largo y duro invierno metíamos los pies en el agua, aún fría, pero que ya anunciaba la calidez que se aproximaba. Y risas. Y juegos.

Todo era fantástico con tu llegada. Las casas se abrían y todo el mundo comenzaba a despertar de ese letargo invernal.

Hoy aquí postrada en la cama, te dejo entrar en mi habitación y celebro contigo mis noventa primaveras. Y me siento viva con tu llegada.











miércoles, 16 de marzo de 2011

Toda una vida

Llegué aquel verano a O Grove, un pueblecito pesquero gallego. Fue un verano extraño, pues decidí irme sola algo no habitual en mí, pero era lo que necesitaba. Me alojé en una casa rural con un encanto especial frente al mar Atlántico. Aunque era agosto, el tiempo era lluvioso y fresco, pero no me importaba, casi lo agradecía. Decidí conocer la zona más próxima. Así todas las mañanas después de desayunar daba largos paseos por sus playas. En uno de esos paseos la conocí. Era una anciana arrugada por la vida y el duro trabajo. María su nombre, sus ojos azules y tristes lo decían todo. Aunque nos vimos varias veces por el pueblo, a ella parecía no interesarle aquella extraña que la miraba cada vez con más curiosidad. Hasta que un día para mi sorpresa se dirigió a mí y en ese acento tan agradable suyo se presentó y me comentó que yo también había llamado su atención. Así de la forma más natural del mundo María y yo nos estuvimos viendo casi a diario y desgranamos nuestras vidas. La suya interesante y dolorosa. De joven era una de las mejores mariscadoras de la zona y de las más hermosas, mujer fuerte y distante, con muchos pretendientes a los que rechazaba una y otra vez. Hasta que un día conoció a un guapo y rubio marinero venido de los mares del norte. Aquel hombre con el que casi no se entendía la enamoró y ella a él. Ambos se amaron con la fuerza del mar que los unía durante muchos días, tanto que él se tatuó el nombre de ella en su brazo, prometiéndole regresar a por ella en su próximo viaje. Ella lo espero meses y meses. Iba al puerto cada vez que llegaba un barco extranjero, pero él no llegó. Preguntaba a los marineros de la zona pero nadie sabía nada de él. Pasaron dos años, no podía creer lo que todos le decían, que él la había olvidado y con ese convencimiento y con la seguridad de su amor descubrió lo que todos menos ella sabían, su amor había sido asesinado por uno de esos marineros que la pretendían.
Incrédula ante aquel fortuito descubrimiento, decidió saber la verdad viendo a aquel hombre que le había arrebatado lo que más quería. El se rió y le contó que así había sido, intentó besarla, acariciarla y entre forcejeos ella lo empujó y él cayo al mar desde un acantilado, nadie supo más de ese hombre y en el fondo ella se sintió bien. Hubo un gran silencio entre ambas y una gran calma y paz en su rostro, por primera vez unas lágrimas recorrieron sus mejillas y también las mías.
Todo estaba como debía. A los pocos días María murió plácidamente en su casa. Yo me marché de aquel lugar sin tristeza. Creo que ella en sus últimos días recobró su fuerza y a su marinero.

miércoles, 2 de marzo de 2011

A veces

A veces

Después de un trabajo bien hecho, me sale una sonrisa
Te recuerdo y pienso que habría sido si...
Me miro de refilón en el espejo y me digo ¡ cuanto vales nena !

A veces

Me tiemblan las piernas al darme cuenta de las cosas que pasan por mi cabeza
Tras una noche de juerga me quedan algunas lagunas
Al ver una película me gustaría ser parte de alguna de esas aventuras

A veces

Al cruzarme con gente desconocida pienso cuál será su historia
Desearía no ser yo la que regalara las flores

Una simple mirada es un aire fresco en un día gris

A veces

Un olor me ha traído recuerdos casi olvidados
El paisaje más anodino me parece sublime
Correría entre las encinas para sentirme completamente libre

A veces... cuántas cosas pasan inadvertidas.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Abecegrama: Toda una vivencia



¡Visítanos Whiskería Xenón!

Yo, Zacarías, acudí buscando compañía. Chicos de elegantes figuras gesticulaban. Hombres increíbles jugueteando. Karaoke, luces llamativas.
Mujeres, ninguna. Ñampeado, ofuscado, palidecí.

Quizás rocé...Saboreé tentaciones únicas.

viernes, 28 de enero de 2011

Tautograma


Definirme con la D difícil de decir.

Dueña de deseos dispares.

Decidida y dubitativa.
Nunca damisela dócil.
Disparatadamente danzarina.

Sin dioses y sin diablos.
Descreída en decena de doctrinas.

Desacertada en docena de diálogos,
pero dialogante y democrática.
Disciplinada en el día a día.

Defensora de la decencia
y descarada ante descerebrados dogmáticos.

Dura y débil.

Dolorida por los dramas
y dicharachera en las diversiones.

Dual.

domingo, 9 de enero de 2011

Imagine

Siempre me ha parecido que esta canción es todo un himno a la esperanza, a la paz, cosas que se nos olvidan por nuestra codicia, nuestros deseos de imponernos sobre los otros, de tener más que los demás... y otras mil absurdas razones. Pero a veces alguien nos recuerda que la vida puede ser algo más sencilla y fácil de lo que nosotros la complicamos. Gracias John.