En un momento de la noche Teresa se tuvo que marchar pues habían ingresado a su abuela, no era grave pero ella quería ir a verla. Le dijimos que no se preocupara que nosotros llevaríamos a Anna a coger el tren, pues al día siguiente iba a Córdoba. Y así lo hicimos, llevamos a la chica al tren con la nota del disfraz elegido, pues ella volvería justo la noche de carnaval.
Y llegó el día esperado nos reunimos de nuevo en casa de Teresa, tan sólo faltaban Julio y Anna sonó el timbre y escuchamos unas escandalosas risas, nos acercamos a la puerta y lo entendimos. Todos nos habíamos disfrazado de setas y Anna había aparecido de "teta", la traducción no fue la correcta. Después de casi morir de la risa, nos dimos cuenta que ella lo estaba pasando regular, así que transformamos la teta gigante de goma espuma en una divertida seta. Pero cada vez que nos imaginábamos a esa gran finlandesa disfrazada de teta por la calle...
Desde luego ha sido lo más cómico que nos ha ocurrido en tantos años de carnaval.
El Selu.