miércoles, 27 de octubre de 2010

Tenemos el mismo nombre

Viajé a Barcelona un mes de diciembre, para encontrarme con una gran amiga que hacia tiempo que no veía. Ese era el objeto de mi visita. Pero algo ronrroneaba en mi cabeza. No supe lo que era hasta pasados unos días. El encuentro fue especial, paseamos por el barrio Gótico, por Las Ramblas y sin saber cómo ni por qué allí estaba yo, delante de aquella librería antigua. Me acordé de un libro, La sombra del viento, donde el protagonista es librero y se llamaba Daniel Sempere , ese es mi apellido, entré sin saber qué buscaba. Eché un vistazo en su interior, todo lleno de viejos ejemplares invitándome a curiosear y con ese olor tan especial a papel, a sabiduría, a historias aún desconocidas y otras, unas pocas, ya leídas.

Y tras un montón de libros la ví. Era mayor, no sabría decir su edad, pero su porte era distinguido. Me saludó al verme y creo que me sonrió. Cortesmente le devolví el saludo y me presenté. Le comenté que no buscaba nada en especial, simplemente me gustaba su librería. Me dijo que mirara todo lo que quisiera. Alguien la llamó desde dentro:
- Mercedes, venga por favor tenemos un pequeño problema.
Vaya pensé, se llama como yo. Pero mi sorpresa fue mayor cuando oí:
- Señora Sempere puede venir, es urgente.
No lo podía creer, era una broma o también su apellido era como el mío.

Al regresar ella debió notar algo en mí, pues me preguntó si me ocurría algo. Le dije que creía que nos llamábamos igual y así era las dos nos llamábamos Mercedes Sempere.
Charlamos durante mucho rato. No teníamos familiares comunes pero eso era lo de menos, aquella casualidad nos había unido como en una tela de araña. Me fascinaba su vitalidad, su amor por los libros y la forma de entender la vida. Era atrevida, divertida y en la trastienda montaba timbas de mus con grandes amigos y amigas, que además de hablar de libros, jugaban, intercambiaban opiniones y se corrian sus buenas juergas.

Tal vez no viva en Barcelona, pero creo entender y compartir muchas de las pequeñas cosas que a Mercedes Sempere le fascinan. Probablemente el nombre tenga algo que ver...o no.
En cualquier caso a partir de aquel día, tengo motivos importantes para ir a Barcelona.

Creo que dentro de una semana tenemos partida de mus y quién sabe qué otras aventuras en aquella discreta trastienda.

sábado, 9 de octubre de 2010

Con frases hechas

Llegó "hecho un pincel". La entrevista era a las once. El rato de espera se le había hecho "más largo que un día sin pan", al abrirse la puerta un tipo que "no se cortaba un pelo" gritaba "sin ton ni son".
"Sabía de buena tinta" que aquel personaje tenía "muy malas pulgas", pero a él ningún tipejo "del tres al cuarto" lo iba a "sacar de sus casillas". Con su temple y porque "de casta le viene al galgo" consiguió el puesto de trabajo.


Sé que me dirás que nos pasa a todas, pero este asunto "me trae de cabeza". Me compré la libreta para anotar lo que tenía que hacer, y no encuentro la dichosa libretita, "esto tiene su aquel".
A veces me parece "estar cogiendo moscas",me he pasado todo "el santo día de acá para allá" buscando la libreta donde anoté todo lo que debía hacer. "Esto es de locos". Así que he decidido no "darle más vueltas a la cabeza" y "que salga el sol por Antequera".