Nunca te imaginas determinadas cosas hasta que no las vives, es que ni siquiera puede pasarte por la cabeza algo así. La mayor parte de nuestros actos son aprendidos desde nuestra infancia y jamás piensas que puedan llegar a no ser fáciles de hacer alguna vez. Nos levantamos y vamos al servicio sin pensar en lo que hacemos, nos duchamos y preparamos el desayuno, nos arreglamos, recogemos nuestra cosas, cerramos la puerta de casa con llave...bueno todas esas rutinas que hacemos a diario y que jamás
nos planteamos cómo las hacemos, simplemente se hacen.
Pero cuando a tu alrededor alguien comienza a no hacer cómo debiera esas rutinas diarias, al principio te desesperas. Cómo es posible que te hayas abrochado mal los botones, o cómo no recuerdas cómo se hace esa cruzada, si llevas haciéndolas toda tu vida.
Poco a poco entiendes que tú no puedes perder los nervios, pues ella o él lo está pasando peor. Aún se da cuenta de que cada vez es capaz de hacer menos cosas por sí misma. Y tú cada vez observas cómo se van deteriorando más y más esas capacidades aprendidas y nunca cuestionadas.
Algo tan "fácil" como la hora de la comida también se va complicando, es difícil ir alternando un segundo plato, con pinchar ensalada e ir tomándose la medicación a la vez. El uso de los cubiertos parece que a veces le crea dudas, además el ritmo y los tiempos se han ralentizado bastante.
Aún así y desde mi corta experiencia, todo es más llevadero con una sencilla ayuda y sin caer en la desesperación y por supuesto sin reproches. Se que no es fácil, incluso puede parecernos incomprensible, pero estos deterioros de nuestros mayores y no tan mayores están aquí y o aprendemos a convivir con ellos de la forma más natural posible o crearemos una situación de crispación que no ayudará en nada a que el conflicto se solucione, y nuestra vida y sobre todo la de la persona que está sufriendo este problema será insoportable.
A pesar de lo dolorosa que puede resultar la situación, creo que no debemos olvidar que por encima de todo lo más importante es la dignidad de la persona, de esa persona que ha sido, es y será amén de sus olvidos, referente en nuestras vidas y una de las personas más importantes para nosotros.