martes, 20 de julio de 2010

Pequeñas confidencias

Os extraño. Supongo que por eso estoy escribiendo esto. Bueno a vosotras y a la actividad que compartíamos y gracias a la cual nos conocimos. No se si es raro o lo más normal del mundo, pero así me siento. Me gusta escribir algunas cosas, pero he descubierto que hecho de menos leer lo que vosotras escribíais.
A menudo abro mi blog y me digo que no me gusta que se quede sin vida y no es difícil darle continuidad, pero me ocurre que es mío y también vuestro así que espero seguir enriqueciéndolo con vuestro permiso y por supuesto con vuestras visitas.
Y hoy me apetece poner en mi blog una poesía de Rafael Alberti para que podáis compartirla conmigo.


Balada de la bicicleta con alas

A los 50 años, hoy, tengo una bicicleta.
Muchos tienen un yate
y muchos más un automóvil
y hay muchos que también tienen ya un avión.

Pero yo,
a mis 50 años justos, tengo sólo una bicicleta.

He escrito y publicado innumerables versos.

Casi todos hablan del mar
y también de los bosques, los ángeles y las llanuras.

He cantado las guerras justificadas,
la paz y las revoluciones.
Ahora soy nada más que un desterrado.
Y a miles de kilómetros de mi hermoso país,
con una pipa curva entre los labios,
un cuadernillo de hojas y un lápiz
corro en mi bicicleta por los bosques urbanos,
por los caminos ruidosos y calles asfaltadas
y me detengo siempre junto a un río
a ver cómo se acuesta la tarde y con la noche
se le pierden al agua las primeras estrellas.