
momento del día especial.
Jugando en el patio, tal vez a saltar,
mi madre llamando, ¡hora de merendar!
Sentadas junto a la mesa,
olor de leche y de pan.
¡Quítame la nata, me sabe fatal!,
mamá sonriendo nos cuenta una historia
o nos pregunta la tabla de multiplicar.
Y cuando nos fuimos a la gran ciudad,
el ritual seguía presente a la hora de merendar.
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