Paseábamos los cuatro por ese maravilloso bosque de hayas.
Era otoño, el paisaje era hermoso. El suelo era una gran
alfombra marrón y nos rodeaban estilizados árboles de
hojas amarillentas y ocres. El día era perfecto y nosotros
irradiábamos alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario