
Se ha abierto sin querer, lo uso a menudo. Arriba a la izquierda 2009, salamanquesa a la derecha.
Le ha pillado desprevenida, va despertándose la salamanquesa de ese sopor que la tenía adormilada y algo aplastada dentro de mi diccionario. Se levanta y rauda busca a su prima la salamandra, que al incorporarse lee atentamente. Salamandra. Anfibio urodelo de unos 20 cm. de largo, la mitad aproximadamente para la cola, y piel lisa, de color negro, con manchas amarillas. Estirándose y sorprendida por lo que acaba de leer se sonríe socarronamente pensando, que cosa más fea;¿de quién estarán hablando?. Claro que la palabra espejo le pilla demasiado lejos para verse reflejada en él. Juntas pasean por la página hasta llegar a la gran sala donde deciden reponer fuerzas tomando unas estupendas salchichas rellenas de salchichón, mientras conversan sobre su largo retiro, pues han pasado varios meses hasta que han abierto por su página el gran libro.
Le ha pillado desprevenida, va despertándose la salamanquesa de ese sopor que la tenía adormilada y algo aplastada dentro de mi diccionario. Se levanta y rauda busca a su prima la salamandra, que al incorporarse lee atentamente. Salamandra. Anfibio urodelo de unos 20 cm. de largo, la mitad aproximadamente para la cola, y piel lisa, de color negro, con manchas amarillas. Estirándose y sorprendida por lo que acaba de leer se sonríe socarronamente pensando, que cosa más fea;¿de quién estarán hablando?. Claro que la palabra espejo le pilla demasiado lejos para verse reflejada en él. Juntas pasean por la página hasta llegar a la gran sala donde deciden reponer fuerzas tomando unas estupendas salchichas rellenas de salchichón, mientras conversan sobre su largo retiro, pues han pasado varios meses hasta que han abierto por su página el gran libro.
Tras el tentempié, escuchan vociferar a la salangana, esa pájara peculiar de ojos rasgados que grita pidiendo un salario justo. Pues llevan toda la vida prestando sus servicios a los estirados profesores de, entre otras, la universidad de Salamanca sin recibir nada a cambio.
Dudan, la salamandra y la salamanquesa en si pasear por la página 2008 o ir a la aventura a la 2013, pero la visita al salmonete no les atrae lo más mínimo, así que deciden quedarse y disfrazarse con el salacot que se dejó por aquí el salamateco que vino de Guatemala para visitar a su amigo salamanquino que se encuentra unas líneas más arriba.
Después de tanto paseo y antes de que se acabe esta historia, las primas deciden acercarse al salce y allí disfrutar de los últimos rayos de sol. Luego cada cual deberá volver a su inmovilidad obligada en el reglón que les ha tocado ocupar por culpa del maldito orden alfabético.
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